Me has pedido un poema de amor
en lugar de un regalo de bodas, para tratar que así ahorre
dinero. Durante tres noches me he acostado
en la obscuridad bajo el brillo de las estrellas. Me he pegado al techo
que hay sobre mi cama. He escuchado canciones
acerca de la galaxia. Bueno, Carmen, te preferiría
regalar un tercer paquete de cuchillos para carne
que contarte lo que llevo por dentro. Déjame buscar
algún otro regalo en la tienda. No me hagas
advertirte de las estrellas, de cómo ellas nos miran
a una distancia que nos hace ver frágiles y mínimos,
desde la novia que corona el pastel de bodas
hasta la Virgen en el tablero de la iglesia
que toma un rojo e impecable corazón entre sus manos.
Traducciones
Dos poemas de Melissa Lee-Houghton
DIMENSIONES
Cada año que pasa le temo más a tu cuerpo. Su ternura
y su fuerza me empujan a un pequeño cubo de amor
cuyas caras brillan y se funden al mismo tiempo;
cada año le temo más a tu cuerpo,
a tu piel de almendra que rompe en sudor: parecen las primeras
gotas de una presa. Detrás de tu piel se encuentra el océano.
Tu cuerpo, cada año, se vuelve más y más temeroso.
Mis colores se desvanecen, los has absorbido,
y un día no me despertarás cuando amanezca hecha un arcoíris.
Todo lo mío y todo lo tuyo beben del miedo en mi corazón.
El borrado no está nunca completo. Intento imaginarte sin un cuerpo.
Al calor de la noche somos la canción del estaño.
___
MUCHACHAS BONITAS
En nuestras tumbas todas somos
unas muchachas bonitas. Nuestra piel
cae como la marea.
Nuestros huesos
son largos y esbeltos,
las inhibiciones se han ido. Somos
adorables en la tierra
que chicos atléticos cavaron
a cambio de dinero
sin saber lo hermosas
que descansamos allá abajo:
novias en la luna de miel
anticipando un orgasmo,
no la muerte,
serenas al estilo de peones y reinas
refugiándonos en nosotras mismas
por siempre.
—Melissa Lee-Houghton.
Traducción: Carlos LM.
Sexo con un poeta famoso: poema de Denise Duhamel
Anoche tuve sexo con un poeta famoso
y me estremecí cuando di la vuelta y me encontré al lado suyo
porque yo estaba casada con otra persona
porque no tendría que haber estado bebiendo
porque me encontraba en un hotel lujoso
que no reconocí. Debí haberte dicho
de inmediato que lo anterior era un sueño, pero
un amigo me dijo, escribe acerca de un sueño,
pierde un lector y no quería perderte
de inmediato. Quería que me escucharas,
que supieras que ni siquiera me gusta el poeta del sueño, que él tiene
cuatro hijos, el más joven de mi edad, y que lo encuentro
muy poco atractivo, que sólo lo vi una vez,
me refiero en la vida real, y que fue junto a un grupo inmenso
con el que apenas pude hablar. Él me resultó desagradable
con sus observaciones despectivas sobre las mujeres.
Incluso usó la palabra “Japo”
que tomé como un ofensa directa hacia mi esposo que es asiático.
Cuando estábamos en nuestra primera cita, le dije
“Anoche estuviste hablando mientras dormías
y te escuché sólo para asegurarme que no
mencionarías el nombre de nadie más”. Mi futuro esposo dijo
que no podía responsabilizarse por su subconsciente
lo cual me preocupó e hizo pensar que sus sueños
estaban llenos de rubias en bikinis de piel de conejo.
Pero él dijo que no, soñaba sobre todo peñascos
y con océanos y con volcanes, climas extremos
a los que presenciaba sin poder detenerlos
Y yo le dije, “sólo sueño contigo”,
lo cual era romántico, tonto y falso.
Pero nunca pensé que podría soñar con otro tipo—
mi esposo y yo nunca tuvimos un sólo conflicto,
mi cabeza acomodada dulcemente en su axila, mi brazo
alrededor de su vientre, moviéndose de arriba abajo
la noche entera, poco a poco, cual agua en un lago.
Si me topara con aquel poeta famoso en la calle,
él seguiría andando, célebre bajo sus lentes obscuros
y un blazer con los parches de gamuza en los codos,
sin ceder una sola mirada en mi dirección.
Sé que quizás sientes curiosidad por saber quién es este poeta,
así que debo decirte que las pistas que he dejado
no son certeras, que he disfrazado su identidad,
nunca deberías intentar adivinar quién es…
porque jamás atinarás la respuesta correcta
y si acaso llegaras a hacerlo, no te diría que lo has logrado.
No podría avergonzar a un extraño
que, a fin de cuentas, podría ser una buena persona,
que quizás sólo estaba teniendo un mal día cuando lo conocí,
alguien que tal vez esté un poco cansado de la fama—
que mi esposo y yo consideramos como grandiosa,
aunque en realidad no sé qué tanta fama pueda tener un poeta americano
si, digamos, lo comparas con una estrella de rock
o un director de cine del mismo talento. No tanta,
y el poeta famoso lo sabe, sabe que
no es famoso de verdad si mira sus deudas. Sabe que muchos
de estos jóvenes poetas que jalan sus mangas
tan sólo fingen que han leído todos sus libros.
Pero sonríe de cualquier forma, trata ser útil.
Digo, este poeta tiene algunas cualidades que lo redimen, ¿no es cierto?
Por ejemplo, escribe algún verso yámbico.
De otro modo, qué hacía yo en sus brazos
—Denise Duhamel.
Traducción: Carlos LM.
Una pareja de ancianos: poema de Charles Simic
Están a la espera de ser asesinados,
O de vivir el desahucio. Pronto
no tendrán nada que comer.
Mientras tanto, descansan los pies.
Se acerca un dolor violento, piensan.
Empezará en el corazón
Y en la boca dejará su sabor.
Se los llevarán en camillas, entre llantos.
Esta noche miran la ventana
Sin intercambiar una sola palabra.
Ha caído lluvia, y ahora parece
Como si fuera a caer un poco de nieve.
Lo veo bajar las persianas.
Si la ventana permanece a obscuras,
se que él ha tomado esas manos ancianas
Justo cuando ella se disponía a borrar la penumbra.
—Charles Simic.
Traducción: Carlos LM.
El secreto: poema de Denise Levertov
Dos niñas descubren
el secreto de la vida
en la línea súbita
de un poema.
Yo, que no conozco
el secreto, escribí
la línea. Ellas
me lo dijeron
(por medio de una tercera persona)
lo encontraron
pero no saben cuál es
no saben siquiera
qué línea era. No hay duda
ahora, más de una semana
después, han olvidado
el secreto,
la línea, el nombre del
poema. Las amo
por encontrar lo que
yo no puedo encontrar,
y por amarme
por una línea que escribí
y luego olvidarla
para que así
miles de veces, hasta que la muerte
les llegue, descubran
de nuevo el secreto, en otras
líneas
en otros
sucesos. Y por
querer conocerlo,
por
asumir la existencia
de tal secreto, sí,
sobre todo
por eso.
—Denise Levertov.
Traducción: Carlos LM.

Denise Levertov fotografiada por Christopher Felver en 1994.
Cómo ocurrieron estas palabras: poema de William Stafford
En invierno, en horas obscuras, mientras otros
dormían, encontré estas palabras y las junté
de acuerdo a sus anhelos y el respeto
de unas por las otras. En quietud, se empujaban. Intercambiaron
significados pretendiendo tener sólo uno.
Alianzas monstruosas nunca antes soñadas
comenzaron. Algunas veces perdieron. Jamás
volvieron a separarse en este mundo. Se encuentran
juntas. Tienen una fidelidad que ningún
anhelo de pretensión podrá romper.
Y todo esto ocurre como magia a las palabras
en esas horas negras en las que otros tienden a dormir.
—William Stafford.
Traducción: Carlos LM.
Baje de peso con las Fabulettes
En la música uno encuentra de todo. Incluso cosas que no parecen destinadas para el formato de una canción. Hay, por ejemplo, un tema que incluye un método efectivo (según dicen) para bajar de peso. Lo comparto con ustedes por si están interesados. La receta original está dirigida para mujeres, pero supongo que los hombres pueden adaptarla a sus circunstancias. Se trata una joya perdida de rhythm and blues interpretada por una banda obscura llamada The Fabulettes.
La traduje para la ocasión.
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Prueba el método de la preocupación
Chicas, yo solía ser un poco gordita.
Verán, llegué a pesar más de 80 kilos.
Pero, ya saben, he adelgazado últimamente.
Y ya no tengo ese problema.
Así que, si quieren bajar de peso también,
esto es lo que tienen que hacer:
Enamórate de un hombre en el que no puedas confiar.
Uno que no te trate bien.
Y preocúpate por él
cada que salga a pasear por las noches.
Y cuando pienses que sus labios están sobre los de otra chica,
los kilos se irán de tus caderas.
No necesitas no…
Prueba el método de la preocupación.
Yo no cuento las calorías.
Yo no hago ejercicio.
Lo único que hago es pensar en las mujeres con las que mi hombre ha estado
cuando me dice que ha salido con sus amigos.
Enamórate de un hombre que no te trate bien.
Preocúpate por él cada noche.
Si quieres perder un kilo diario,
prueba el método de la preocupación.
Solo tengo 50 centímetros de cintura.
Todas las mujeres me envidian.
Pero ellas no entienden
que lo mío es fruto de la preocupación.
Ellas no saben de mi miseria.
Y cuando pienses que sus labios están sobre los de otra chica,
los kilos se irán de tus caderas.
No necesitas no…
Si quieres bajar un kilo diario,
prueba el método de la preocupación.
Cómo hacerle para no tener que secar los platos: poema de Shel Silverstein
Si tienes que secar los platos
(una horrible y aburrida faena)
si tienes que secar los platos
(en vez de ir a pasear la tienda)
si tienes que secar los platos
y tiras uno de ellos al suelo—
quizás ya no dejen
que los seques de nuevo.
—Shel Silverstein.
Traducción de Carlos LM.
Marcie Blane: «Why Can’t I Get A Guy»
Marcie Blane es una jovencita estadounidense que con apenas 18 años logró vender 1 millón de copias de su primer sencillo, «Bobby’s Girl» (1962), que la llevó a competir con el mismísimo Elvis Presley y los Four Seasons. Un referente de la canción femenina de los años sesenta. Pese a ello su trayectoria no fue a mucho más. Después de otros lanzamientos de mediana recepción (incluyendo «Bobby Did» de 1964, compuesta en parte por un entonces semidesconocido Neil Diamond), decidió abandonar su carrera de manera prematura en el año 1965. La fama no era para ella. En una entrevista de 1988 para la revista Goldmine declaró que la industria musical era muy pesada, imposible de aguantar para una joven que tenía expectativas familiares y hogareñas. «Me sentía aislada, muy sola. Decidí no continuar. No podía. Era demasiado difícil. No me sentía cómoda frente a las multitudes, con todos haciendo escándalo. No estaba encaminada en el sentido que deseaba para mí. Han tenido que pasar todos estos años para que sea capaz de disfrutar lo que hubo en ese entonces».
Marcie Blane se casó y ha dedicado el resto de su vida a su carrera como educadora, así como a su matrimonio e hijos. Una vida que mantiene en privado desde entonces, sin importar que eso haya contribuido a dejar su carrera en el olvido.
Dejo a continuación una traducción que hice hace tiempo a una de sus canciones. Se llama «Why Can’t I Get A Guy» (1963). Advierto que la traducción está hecha de oído (el tema se ha empolvado y olvidado tanto que ni siquiera en internet se pueden encontrar la transcripción de la letra en inglés), de ahí que me disculpe por cualquier imprecisión que contenga.
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Le caigo bien a todo el mundo. Soy la amiga de todos. Dicen que soy una chica genial, alguien en quien se puede confiar. Esto podría hacerme feliz, pero lloro por las noches. Si soy una chica tan genial, ¿por qué no puedo tener un hombre? Todos los chicos vienen conmigo cuando necesitan ayuda. Con cualquier pequeño problema que no pueden resolver por sí mismos. Pero cuando estoy en una fiesta, siempre me pasan de largo. Si soy una chica tan genial, ¿por qué no puedo tener un hombre? Los profesores dicen que soy lista, la persona más inteligente de la escuela. Sin embargo, cuando se trata de cantar como los chicos… supongo que solo soy la tonta. Desearía ser diferente. Desearía poder ser como esas novias ridículas que se divierten más que yo. Quiero que alguien me bese con tanta fuerza que podría morir. Si soy una chica tan genial, ¿por qué no puedo tener un hombre? Si soy una chica tan buena, ¿por qué no puedo tener un hombre?
¿Por qué no puedo tener un hombre?, ¿Por qué?
Poemas: un poema de Raymond Carver
Poemas
Vienen cada día este mes
una vez dije que los escribía
porque no tenía tiempo para
nada más. Refiriéndome, claro,
a cosas mejores — cosas distintas
a meros poemas y versos. Ahora escribo
porque quiero hacerlo.
Más que nada porque
esto es febrero
cuando normalmente casi nada
ocurre. Pero esta vez
los alerces florecieron,
y el sol ha salido
todos los días. Es verdad, mis pulmones
se han calentado como un horno.
Y qué pasa si otras personas
están a la espera de que caiga
otro zapato, en lo que a mí concierne.
Bueno, aquí lo tienes. Adelante.
Haz uso de él. Espero que se acomode
como un zapato.
Un poco ajustado, sí, pero flexible
para que el pie tenga espacio para respirar
un poco. Levántate. Camina por los
alrededores. ¿Lo sientes? Irá a dondequiera
que vayas, y estará contigo al final de tu viaje.
Pero por ahora, permanece descalzo. Ve afuera
un rato, y juega.
Del libro All of us, the collected poems (1996).
Traducción de Carlos LM.