Cinco superhéroes basados en canciones

Los superhéroes son la fascinación de los niños. Cómo no iban a serlo si están conformados por una serie de elementos que los alejan de los grises humanos corrientes. Trajes llamativos, poderes especiales y nombres mucho mejores que los que dominan las actas de nacimiento. Porque no nos engañemos, Batman tiene mucho más estilo que Carlos, y Hulk tiene un atractivo con el que Gerardo jamás podrá competir. Ni hablar, nuestros padres son crueles y optan por las alternativas aburridas que tenemos que llevar a cuestas el resto de nuestras vidas.

Lo mejor de los personajes de ficción es que logran despertar la ilusión. Hacen soñar a los espectadores. Después de verlos, la idea de volar se vislumbra de tal forma que es posible imaginar que nosotros somos capaces de hacer lo mismo con la ayuda de una franela a modo de capa. Somos Flash mientras corremos en el recreo y, si nos estiramos para alcanzar una moneda, podemos ser los sucesores del Hombre Elástico por un rato.

Por desgracia la oferta de superhéroes es limitada. Por lo que se echan en falta nuevas alternativas. Los aficionados a leer cómics dirán que existen al menos 749 opciones en el mercado, pero la mayoría de ellas rayan en lo ridículo. Nadie quiere ser la Hormiga Atómica ni ser el gran Chico que Rebota.

No. Queremos verdaderos portentos que inspiren respeto en los alrededores. Paladines de la justicia que intimiden a cualquier villano que se cruce por el camino. Y como los guionistas de cómics necesitan un poco de ayuda, qué mejor que recurrir a la música para traer una generación fresca de superhéroes.

Sí, ciertas canciones llevan componentes capaces de formar a monstruos de ficción. Algunas de forma directa, otras con algún atisbo apenas. Lo genial es que consiguen moldear a seres extraordinarios como los que salen en las películas y que bien podrían salvar (o destruir) a la humanidad si se presentara la ocasión.

A continuación presento cinco propuestas de superhéroes basadas en letras de canciones. Den clic en los títulos para poder escucharlas en youtube.

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1. Sugar Man (Rodriguez)

La cursilería debilita a cualquiera. Sugar Man lo sabe, y por eso se encarga de endulzar a sus enemigos hasta llevarlos a un colapso. Para sus ataques emplea múltiples artimañas: cartas con corazoncitos, serenatas y besos en la frente hasta que los rufianes se rindan. La ofensiva es infalible ya que, para reforzar la estrategia, desde su boca puede arrojar cascadas de azúcar que sepultan a quienes opongan mayor resistencia. Su especialidad es vencer a los amargados, aunque puede entrar en aprietos si se le repele con baldes de agua fría.

2. Charmless Man (Blur)

Charmless Man, como puede adivinarse, no tiene ningún encanto ni tampoco cuenta con un poder especial. Todo en él corresponde a un tipo aburrido. El que lo encuentre en la calle pensaría que se trata de un cualquiera… y de cierto modo lo es. Pero no se equivoquen, lo que parece ser su debilidad, es más bien un punto que juega a su favor. Charmless Man es un especialista para las misiones de espías. Ideal para operaciones encubiertas, su aspecto es tan intrascendente que ningún empleado de seguridad le presta atención. Gracias a ello, puede escabullirse sin problemas por áreas restringidas y llegar hasta el núcleo de las corporaciones malignas que buscan conquistar al universo. Una vez instalado ahí, le bastará con usar un arma láser para eliminar a todos aquellos que no consideraron que pudiera ser alguien de peligro.

3. Black Crow (Joni Mitchell)

Black Crow te confunde. Pasa de un árbol a otro y te hace creer que es un ave. Le ayuda su diminuto tamaño y una nariz que parece ser un pico. Así se gana tu confianza. Parece un cuervo indefenso que necesita un poco de carroña para sobrevivir. Es ahí cuando muchos caen en la trampa. Sacan un plato de comida para alimentar a ese pobre pájaro desnutrido que al final resulta ser un asesino despiadado que te saca los ojos. Tal cual. Ni siquiera te da tiempo para que lo críes. Va directo por tu carne. Y como es un glotón, toma como guarnición eso que le habías llevado para que desayunara. Sin remordimiento.

4. The Laughing Gnome (David Bowie)

Alguien que te hace reír puede ganarse tu cariño. El humor abre las puertas del corazón. Sin embargo, hay que tener cuidado.  Hay un gnomo que se aprovecha de ello. Un pequeño viejito que cuenta chistes a sus enemigos hasta que se retuercen de la risa. Su repertorio de bromas es tan amplio que puede debilitar hasta al más serio de los hombres. Lo espeluznante es que el enano también suelta carcajadas: no para de reír. Se ríe de sus propias ocurrencias a un volumen tan alto que destruye los tímpanos de las cercanías. Su modo de actuar es espeluznante ya que lleva a las víctimas del regocijo a la desesperación de no saber cómo contener lo que les ocurre. Un rival temible del que conviene escapar, aunque, todo sea dicho, varios comediantes mexicanos podrían aprender un bastante de él.

5. River Man (Nick Drake)

Un día soleado en el que el río te cubre con la calidez de su corriente. Los pájaros cantan desde un árbol donde parecen adivinar tu regocijo. Aprovechas para nadar. También flotas sin pensar en mucho excepto por el olor de la tierra y de las flores que llega hasta ti. Este río que acabas de descubrir no es como ningún otro. Se mueve tan lento que se asemeja a tu forma de ser. Deseas estar solo, que nadie más entre ahí. Te asqueas al pensar que cualquier día alguien podría llegar al lugar en el que tú estás… para lavar ropa. Ojalá que no. Eso es un sitio sagrado. Es la primera vez que vas y ya te has prometido a ti mismo volver a diario hasta el final de tu historia. Y lo harías, si no fuera porque un ruido interrumpe la tranquilidad. Es el agua que sube hasta formar una torre que cae sobre ti con todo y una montaña de piedras. Una nueva víctima de River Man es llevado por la corriente para no volver jamás.

catherine deneuve

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5 motivos por los que a la gente le gustan las listas

1. Son fáciles de leer

Que nadie se engañe. El ciudadano promedió prefiere leer lo menos posible. Lo evitan a toda cosa. Pregúntenle a los libros que tanto lo padecen. Son horas bajas para ellos. Andan tirados en las calles, abiertos de hojas y ni así alguien se les acerca a echarles un vistazo. Porque a la gente no gusta de leer. Tanto es así, que acceden a ver películas dobladas al español porque el exceso de subtítulos los abruma. No hablemos ya de que le den oportunidad a una novela picaresca, el solo hecho de tener que ensamblar sílabas con la mente les produce un enorme soponcio. Es por ello que las listas de cosas son de su agrado. Se tratan de textos de rápida absorción ya que no tienen que leer las descripciones. Les basta con poner atención a cada uno de los títulos principales. Por lo mismo, sé que casi nadie ha leído hasta acá, por lo que procedo a decir una tontería con la libertad que otorga la privacidad: los jueves de maguey salen orugas café, ay mamá.

2. Por cuestiones de orden

Si vas a un hotel y te asignan una habitación en la que todo está tirado  en el suelo ( las toallas, la televisión, las persianas, las sábanas y hasta el espejo del baño) , lo normal es protestar. Pedir un sitio nuevo y aprovechar el alboroto para robar una bolsa de cacahuates japoneses del mini-bar.

El orden es un fetiche de la sociedad, aplicado a diversos órdenes de la vida. Se trata de una cuestión que se arraiga desde la escuela y que convierte a cada persona en un maniático en potencia. Lo mismo aplica en las publicaciones de internet. Ver que los aspectos más importantes de un discurso están repartidos en medio de una maraña de párrafos desanima a cualquiera. Los escritores son seres atroces que pretenden que leamos obras de más de mil palabras para poder rescatar apenas alguna línea que valga la pena . Una barbaridad. Es ahí donde las listas ganan enteros: son productos divididos en pequeños apartados en cuya estructura es fácil identificar aquello que es de verdadero interés.

3. Permiten conocer mucho en poco tiempo

Ya entrada la adultez, nos encanta aparentar que somos unos enterados en una gran cantidad de materias. Que sabemos de gastronomía, de arte y que hasta tenemos nociones básicas de topografía. Ningún conocimiento se nos escapa. O al menos eso se trata de fingir. Y así nos va en este mundo que se cae a pedazos. Qué le vamos a hacer. El caso es que no siempre somos tan estúpidos. Cuando se es más joven, hay una mayor disposición al aprendizaje. Y es ahí en donde las listas se presentan como un estupendo material didáctico. Si, por ejemplo, no se tiene ni idea de música, el recurrir a una lista de «los 100 mejores álbumes del rock británico» se convierte en un menú para atesorar. Una semilla de la que brotan horas y horas de sesiones con los audífonos. Con ese tipo de guías, se encadena una travesía que con cada paso aumenta el acervo cultural.

4. Ahorran dinero

Ir de compras te puede dejar en la quiebra si no tomas algunas precauciones. Los grandes almacenes  están llenos de tentaciones a las que es fácil sucumbir. Quién podría decirle que no a una nueva cafetera o a un helado de macadamia. Pocos. La carnada está ahí para que los clientes se dejen llevar por artículos que ni siquiera necesitan tanto. La disposición de los pasillos y mercancía está planeada de tal forma que sea más fácil caer en la trampa. La prueba está en que las tiendas ponen los chocolates cerca de las cajas para que, en lo que se espera el turno, se vuelva inevitable meter algunos en el carrito. Lo mismo con la ropa. Los muy desgraciados exhiben prendas bonitas para obligar a uno a gastar los ahorros  destinados a pagar el recibo del gas. Es imposible poner resistencia si se está desprevenido.  La mano es floja para tomar productos disponibles. Siempre se quiere más. Por desgracia está el factor monetario. El dinero es limitado incluso para los millonarios y por ello hay que cuidarse. Lo que fue ganado con el sudor de la frente (no necesariamente la tuya) merece ser defendido al máximo. No da eso de desperdiciarlo por el capricho en turno, si bien es cierto que pocos placeres pueden compararse al de comprar por comprar. Como sea, aquí es donde las listas hacen su aparición. Hacer una que contenga lo que se necesita es de mucha ayuda para evitar caer en las redes del consumismo. Basta usar un papel y una pluma para apuntar aquello que sea esencial. Hacerlo desde casa, con la frialdad que permite el estar alejado de vitrinas y luces llamativas. Ya una vez en un supermercado, es complicado evitar ser llevado por la corriente. Hay que hacerlo antes, por tanto. Cuando la mente esté en funciones todavía. Y lo que es importante, apegarse de forma estricta al plan original. Un reto grande, porque siempre será más divertido comprar una máquina para hacer palomitas que el kilo de lechuga que hace falta para la ensalada de mañana.

5. Son atractivas

Eso. Las listas son atractivas. Las mujeres inteligentes, quiero decir. Tienen una valoración alta en los entornos sociales. Es verdad que hay muchas tontas que por estar bonitas consiguen llegar bastante lejos, lo cual parecerá una injusticia para una chica que se ha matado 8 años en una carrera universitaria. Pero no se puede desestimar lo importante que son unas piernas bonitas en el camino hacia el éxito. De cualquier forma, ser lista es una ventaja que no cualquiera posee, por lo que, administrada con cuidado, puede significar la llegada a niveles que la mayoría jamás podrán conocer. Ni siquiera las modelos. El intelecto es lo que cuenta a la hora de ganar un Premio Nobel o hacer un invento que produzca millones de dólares. Y no solo eso, la inteligencia es atractiva. Rodearse de seres pensantes estimula el interior. Por eso tener a una lista a lado es tan cotizado. Si alguna de ustedes lo es, no duden utilizar su poder. Nada más no se pasen. Ni sean pedantes. Eso no es agradable en nadie. Salvo en Liam Gallagher. Y ustedes no son Liam Gallagher.

Las invito a no desanimarse si han fracasado hasta ahora. Su brillantez traerá resultados tarde o temprano. Si alguien a quien desean no les hace caso, tranquilas. Elaboren un plan que consiga que se enamoren de ustedes. Pueden lograrlo. Tienen la cabeza de un genio. Usen la ciencia si es necesario. Diseñen una máquina para seducir. Seguro que pueden. No me digan que no.

bisset