No soy pintor, soy un poeta.
¿Por qué? Creo que preferiría
ser pintor, pero no lo soy. Pues bien,
por ejemplo, Mike Goldberg
está empezando una pintura. Y cuando llego
me dice: «Toma asiento y bebe un trago».
lo bebo; bebemos. Levanto la mirada.
«Le has puesto SARDINAS».
«Sí, necesitaba algo ahí».
«Oh». Me voy y los días se van
y yo regreso otra vez. La pintura
avanza, y yo avanzo y los días
avanzan. Y yo vuelvo. La pintura
está terminada. «¿Dónde están las SARDINAS?»
Lo único que queda
son letras.»Era demasiado» dice Mike.
¿Pero yo? Un día estoy pensando
en un color: naranja. Escribo una línea
acerca del naranja. Muy pronto se convierte
en un montón de páginas, no líneas.
Luego otra página. Debería haber
mucho más, no sobre el naranja, de
palabras, de cuán terrible es el naranja
y la vida. Los días pasan. Está
en prosa inclusive, soy un verdadero poeta. Mi poema
está concluido y no he mencionado
al naranja todavía. Son doce poemas, lo
llamo «NARANJAS». Y una mañana en una galería
veo la pintura de Mike llamada «SARDINAS».
—Frank O’Hara.
Traducción de Carlos LM.
FOTO: Wim Van Der Linden
Adoro tus traducciones. Quizá habría sido buena idea incluir una imagen de Sardines de Goldberg.
Muchas gracias, Verloren. Se hace lo que se puede. Un saludo.