En la canción «Más de cien mentiras», Joaquín Sabina menciona las razones por las cuales, a pesar de todo, no hay que cortarse de un tajo las venas. Se trata de un recorrido personal que a su modo ya había realizado Woody Allen en Manhattan (1977). Entre ambos mencionan a indispensables como Louis Armstrong, Groucho Marx, Coppola y Fellini.
Con eso en mente, y para seguir lo que hizo una revista, me propuse a hacer mi propia versión. A continuación pongo cien cosas por las que creo que vale la pena vivir, sin importar lo pesimista que sea a veces. Los invito a realizar lo mismo desde sus propias trincheras. Acá vamos.
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1. La comida preparada por tu madre, tan exclusiva que nunca, nadie, la encontrará en ningún restaurante.
2. Los sencillos de los Smith.
3. Dos en la carretera con Albert Finney y Audrey Hepburn.
4.La tregua que ofrece tomar una siesta
5. Escuchar «Gymnopedie n.º 1« en una tarde lluviosa.
6. El gol relámpago del Real Madrid.
7. La promesa de que algún día visitarás el país de tus sueños. Termines haciéndolo o no.
8. Los Soprano, que contiene casi todas las lecciones indispensables de la vida.
9. Por el día en que descubres a los Beatles y esos meses subsecuentes en los que nada más importa.
10. Las novelas y artículos de Enrique Jardiel Poncela.
11. Los años en que corrías emocionado a ver los regalos en el arbolito de Navidad.
12. La escena final de Annie Hall. Y toda ella también.
13. Las piernas femeninas cubiertas por medias.
14. Los mejores momentos de Roger Federer.
15. Por el castillo que encontraste en las nubes.
16. El recibimiento que dan los perros, como si vinieras de salvar el universo.
17. Por esa última copa de vino que tomas nada más porque sí.
18. El capítulo cuatro de Watchmen.
19. El punto azul pálido comentado por Carl Sagan.
20. La comida italiana. Y la mexicana.
21. Salinger.
22. La sensación del primer beso.
23. Ese golpe de realismo implantado en la ficción llamado The Wire.
24. Los dibujos hechos por los niños.
25. Olvidarse de los quehaceres cuando se está en un hotel.
26. El primer trago de café por la mañana.
27. Las tímidas gotas que dan cierre a la tormenta.
28. El agua de coco, con esa frescura protegida al máximo por su envase natural.
29. El striptease de Sophia Loren a Marcello Mastroianni en Ayer, hoy y mañana.
30. La bendición de las abuelas.
31. Las duchas de agua caliente que se prolongan hasta alcanzar la paz.
32. Los hot cakes con miel de maple.
33. Escuchar Kind of Blue antes de dormir.
34. Las caminatas sin rumbo que de algún modo liberan.
35. Esta mítica interpretación de «I’ve Been Loving You Too Long (To Stop Now)».
36. La sensación de limpieza posterior al cepillado de dientes.
37. Las películas de Andrew McCarthy en los años ochenta.
38. Shenmmue II, lo más cerca que han estado los videojuegos de crear una obra de arte.
39. La fogata emocional de leer a Bukowski.
40. Despertar por la mañana y luego volver a dormir.
41. Esta obra de Valerio Adami:
42. Gastarse los ahorros en unos zapatos de calidad.
43. El chocolate en todas sus presentaciones. Comerlo hasta sentir repulsión por uno mismo.
44. Abrazos que se extienden hasta que todo está bien.
45. Espiar a los pájaros a través de la ventana.
46. Un concierto de Bruce Springsteen.
47. El hazlo por ella de los Simpson.
48. Quitarse los zapatos y ponerse la pijama luego de un día pesado.
49. Las palabras emitidas por una boca bonita.
50. Claudia Gerini liderando una banda punk en La vespa e la regina.
51. Dar al fin con el perfume ideal.
53. La escena de la pelea en el auto de La Dolce Vita. Todo un tratado de las relaciones de pareja en cinco minutos.
54. Exploraciones dentro de las librerías en las que se aguarda a que el libro sea el que te encuentre a ti.
55. Ir solo a una cafetería y pedir un espresso (o un latte) antes de colonizar el mejor de los sillones.
56. El anuncio de Dior dirigido por Sofia Coppola.
57. Beber cerveza Guinness en un pub en donde suenan Oasis y Paul Weller.
58. Cenar un tazón de cereal frente a la televisión.
59. Las greguerías de Ramón Gómez de la Serna.
60. El gol de Maradona contra Inglaterra en el mundial del 86 que, en conjunto al relato de Víctor Hugo Morales, se convierte en algo así como en un poema del llanto. No importa en lo que ambos personajes se convirtieron después. Lo de esos minutos fue magia.
61. Las lecciones de Peanuts.
62. La final de la Champions League de 2005 y recordar que hay que apretar hasta el último aliento. Aunque tus sueños sean golpeados una y otra vez. Walk on, walk on.
63. Ir a salas de cine que están casi vacías.
64. La suave piel de las mujeres.
65. Mourinho y quizás la mejor frase de todos los tiempos.
66. Desangrarse con la complicidad de Blood on the Tracks.
67. Los maratones de películas y series sin otra compañía que un bote de helado.
68. El pan recién hecho.
69. Catherine Deneuve, a cualquier edad.
70. El estilazo de Serge Gainsbourg que se sobrepone a todo. La filosofía del solo vine a decirte que me voy.
71. Los cerezos de Japón. Japón en general.
72. Soñar con personas que ya no están.
73. Decir no a oportunidades por las que otros se arrastrarían.
74. Hacer tonterías y no arrepentirse de ello.
75. Monty Python’s Flying Circus.
76. Mirarse al espejo. Encontrar que la imagen no está mal.
77. Deambular de Seinfeld a Louie. Todo Ricky Gervais. Curb Your Enthusiasm también.
78. Recordar, al fin, algo que tenías en la punta de la lengua.
79. Cuando de la nada, en la radio empieza a sonar justo la canción que necesitabas escuchar.
80. Mirar el cajero y descubrir que tienes más dinero del que esperabas.
81. Hacer reír a los demás.
82. El alivio de despertar luego de una pesadilla.
83. El legado de Studio Ghibli.
84. Los fuegos artificiales que irrumpen en la noche.
85. La guitarra que Robin Guthrie trajo de algún sueño.
86. Recibir y enviar paquetes por correo tradicional.
87. Esa prenda que está justo a tu medida.
88. Las palomitas de maíz que venden en los cines. Por mucho que cuesten más de lo que deberían.
89. Tomar un baño en una tina con música y velas. Y leer algún libro. Entrar así a otra dimensión.
90. Los diseños que Criterion Collection pone en sus portadas.
91. Leslie Nielsen en The Naked Gun y John Candy en Uncle Buck.
92. El cabello de Alain Delon.
93. Ian Rush, Fausto Coppi y Giacinto Facchetti.
94. Las películas de Steve McQueen. El actor, claro está.
95. Esa persona interesante que nunca podrás conocer.
La foto es de Andrew Miksys.
96. Lo que decía el gran Brian Clough: no me envíes flores cuando esté muerto, si me quieres, mándalas mientras estoy vivo.
97. Las palabras de Rocky Balboa a su hijo.
98. El gatito durmiente de Sarah Donner.
99. Las chicas que todavía usan vestidos.
100. Julie Delpy cantando al final de Before Sunset.
Lloro, lloro mucho.
Llorar es otra razón para mantenerse aquí.
Yo traté de hacer una serie de posts al respecto pero la abandoné. Dejar las cosas a medias porque puedo también entraría en mi lista. Gran post.
Atte: Juan Ramón.
Si te animas a continuar la serie, nos avisas. Quedan muchas razones por abarca y seguro tienes unas de bastante interés. Un saludo.
Qué grande, esto.
Gracias, Toño. Hay que ponerle atención a los pequeños placeres que ofrece la vida. No todo van a ser mansiones y yates. Un saludo.